jueves, 19 de enero de 2012

Me gustan las cebollas moradas




Lo único que sabemos
es lo que nos sorprende:
que todo pasa, como
si no hubiera pasado.



Única sabiduría Silvina Ocampo


Hay días muy así en que todo me sorprende, y no pasa nada; pasa de momento y se va, lo olvido. Hay días que paso de camino al trabajo por una verdulería y miro una cebolla morada, encendida, hermosa y la compro; la llevo al trabajo y la dejo en el escritorio, pasan dos días y me preguntan ¿porqué tienes una cebolla morada en el escritorio? Solo respondo: me gustan las cebollas moradas.



Buster Keaton's greatest moments

lunes, 2 de mayo de 2011

Me gusta el mundo también…





Esta posibilidad acompaña como una sombra a cada cual y cambia su tipo de vida; porque (y ésta es otra definición elemental muy conocida en la matemática existencial) cada nueva posibilidad de la existencia, incluso la menos probable, transforma la existencia entera.

La lentitud (fragmento)
Milan Kundera

Cada existencia reflejada en su propia posibilidad es un respiro, una nueva manera de acercarse al mundo, éste tan confuso que a veces hay que acomodar;  las herramientas se forman en palabras que me explican el mundo, a los otros, mis reflexiones confusas para otros, cercanas para quien hila también las letras que nos acercan al desapego.

Diario una construcción, la explicación que cada quince días te puedo dar, le dragón de votre main... 


sábado, 8 de enero de 2011

No morimos del todo



“El calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba como si estuviera derritiéndose en un charco de lodo. Yo me sentía nadar entre el sudor que chorreaba de ella y me faltó el aire que se necesita para respirar. Entonces me levanté. La mujer dormía. de su boca borbotaba un ruido de burbujas muy parecido al del estertor.
      

Salí a la calle para buscar el aire; pero el calor que me perseguía no se despegaba de mí.
 Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada por la canícula de agosto. No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que caía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre.
Digo para siempre.
      

Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolinos sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublazón. Fue lo último que vi.”

Fragmento, Pedro Páramo, Juan Rulfo

Hay días Pedro Páramo, en los que me despiertan los fantasmas, entonces me pierdo en mis ideas; quizá por eso me ha obsesionado la obras de Rulfo, quizá ahí la respuesta a mis sueños, quizá la llave para descifrar un algo de ese todo que no alcanzo a comprender…  esos fantasmas que viven en mi, que deambulan, que vuelven, que desconozco, de ese pasado que no siempre recuerdo, de este presente tan déjà vu.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Del yo en mi






De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
ya no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.

Antes hacía, ahora comprendo.

Cuando la idea del yo se aleja
Alberto Girri


La vida como unidad de medida ¿Cuántos viajes para comprenderla?
Del uno en mi revolotean los otros, ausencia medicada sólo para solo centrar la idea de lo que no hago.

Crisol de ausencias, la mía en momentos largos… pero siempre me rencuentro para volver a empezar. Una masa de cocodrilos verdes y amarillos me rescata para vivir de nuevo.




jueves, 7 de octubre de 2010

La nada como unidad de medida




Aquí tienes una caja,
una caja grande
con una etiqueta que dice
caja.
Ábrela,
y dentro encontrarás una caja,
con una etiqueta que dice
caja dentro de una caja cuya etiqueta dice
caja.
Mira adentro
(de esta caja,
no de la otra)
y encontrarás una caja
con una etiqueta que dice...
y así sucesivamente,
y si sigues así,
encontrarás
tras esfuerzos infinitos
una caja infinitesimal
con una etiqueta
tan diminuta,
que lo que dice
se disuelve ante tus ojos.
Es una caja
que sólo existe
en tu imaginación.
Una caja perfectamente vacía.

Jacques Prévert
Modelo para una teoría del conocimiento 
De "Los elíxires de la ciencia" 2002
Traducción de Heberto Padilla, Hans Magnus Enzensberger
y Michael Faber-Kaiser


La nada como unidad de medida, el todo como vacío eterno, la nada de un algo inundando mi cabeza. Arranco cada despertar al amanecer, para cada día durar en la nada; un ojo que me mira desde el espejo ¿Es la idea? es el recuerdo de ella, me secuestra muchas veces, me roba el alma.

Me sigo hasta dónde recuerdo, me traigo en lo que hoy no es más que un humo brillante e intenso sobre mi frente… No tengo arraigos más que mis pies y esa vocecita que me mira cada mañana y me dice: Je t'aime papa... Violet papa! violet...










jueves, 2 de septiembre de 2010

Voces recetadas




Me gusta imaginarte desnuda.
Pongo tu cuerpo desnudo
Entre yo y la muerte.
Si me pongo a pensar
Y prendo fuego a tus dulces pezones
Hasta los tendones bajo tus rodillas,
Puedo ver muy lejos a través de tu cuerpo.
Lo que miro está vacío,
Pero al menos está iluminado.

Sé cómo tus hombros relucen,
Cómo tu rostro cae en trance,
Y tus ojos se ponen como los de un sonámbulo,
Y tus labios de mujer
Que es cruel consigo misma.
                Me gusta
Imaginarte vestida, tu cuerpo
Cerrado al mundo y contenido,
Su maravillosa arrogancia
Que hace que todas las mujeres te envidien.
Puedo recordar cada vestido,
Cada uno más orgulloso que una monja desnuda.
Cuando me voy a dormir mis ojos
Se cierran en una red de memoria.
Su nube de íntimo olor
Sueña en vez de mí.

Entre yo y la muerte, fragmento

Kenneth Rexroth
Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Se asoman a veces bosquejos, apariciones breves, cortas conversaciones, visiones tartamudas de lo qué no está; luces contagiadas de olores que enmarcan las ocasiones que te asomas.

Me envuelvo en tus palabras para que me arropen, sobre mi te paseas absoluta, contundente; sabes a un recuerdo futuro amaranto.

No te quiero entender, sólo te espero ahí, dónde no miras…

domingo, 29 de agosto de 2010

Desde un fondo imaginado




Porque si tú existieras
tendría que existir yo también. Y eso es mentira.
Nada hay más que nosotros: la pareja,
los sexos conciliados en un hijo,
las dos cabezas juntas, pero no contemplándose
(para no convertir a nadie en un espejo)
sino mirando frente a sí, hacia el otro.
El otro: mediador, juez, equilibrio
entre opuestos, testigo,
nudo en el que se anuda lo que se había roto.
El otro, la mudez que pide voz
al que tiene la voz
y reclama el oído del que escucha.
El otro. Con el otro
la humanidad, el diálogo, la poesía, comienzan.
"No eres tú"  de Rosario Castellanos

Compartir la conciencia del mi a ustedes - sólo eso -, mi idea del mundo; no soy yo en otro, ni en sus ojos... al final de cuentas son parte de esa percepción que quizá no exista...