Me gusta imaginarte desnuda.
Pongo tu cuerpo desnudo
Entre yo y la muerte.
Si me pongo a pensar
Y prendo fuego a tus dulces pezones
Hasta los tendones bajo tus rodillas,
Puedo ver muy lejos a través de tu cuerpo.
Lo que miro está vacío,
Pero al menos está iluminado.
Sé cómo tus hombros relucen,
Cómo tu rostro cae en trance,
Y tus ojos se ponen como los de un sonámbulo,
Y tus labios de mujer
Que es cruel consigo misma.
Me gusta
Imaginarte vestida, tu cuerpo
Cerrado al mundo y contenido,
Su maravillosa arrogancia
Que hace que todas las mujeres te envidien.
Puedo recordar cada vestido,
Cada uno más orgulloso que una monja desnuda.
Cuando me voy a dormir mis ojos
Se cierran en una red de memoria.
Su nube de íntimo olor
Sueña en vez de mí.
Entre yo y la muerte, fragmento
Kenneth Rexroth
Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal
Se asoman a veces bosquejos, apariciones breves, cortas conversaciones, visiones tartamudas de lo qué no está; luces contagiadas de olores que enmarcan las ocasiones que te asomas.
Me envuelvo en tus palabras para que me arropen, sobre mi te paseas absoluta, contundente; sabes a un recuerdo futuro amaranto.
No te quiero entender, sólo te espero ahí, dónde no miras…